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lunes, 13 de agosto de 2012

Sanchez Gordillo, capitalismo y cristianismo: ¿juntos pero no revueltos?

¿Y si te dijera que Jesucristo tenía más en común con Juan Manuel Sanchez Gordillo que con el cardenal Rouco Varela o el fallecido papa Pío XI?

Hace unos días pudimos ver como un político y líder sindical robaba comida para dársela a los pobres. En principio suena bien, a Robin Hood contemporáneo. Robar a los ricos para dárselo a los pobres. Todo eso habría sido aplaudido por muchos -incluido yo- si no fuese porque Sanchez Gordillo cobra una millonada con la que podría haber pagado y por las agresiones que sufrieron las cajeras.

Ahora la fama de este hombre ha subido como la espuma y podemos escucharlo en tertulias y pseudodebates de Gatos Mojados o de Rojos Vivitos y coleando. Críticas por allí críticas por allá y en medio un sindicalista haciendo alusiones al Hijo de Dios. Un momento, para el carro. «¿Alusiones a Jesús? ¿Cómo se atreve a compararse con Cristo?» habrá dicho cualquier PPero; sí, me refiero a esos que se autodeclaran cristianos y luego le cantan nanas y le ríen las gracias a los banqueros. De hecho, en un debate de laSexta dijo a Francisco Maruhenda: "Tú eres cristiano ¿Por qué no seguimos los principios elementales del Cristianismo en lugar de los del Capitalismo?"

Pues lo dicho, que la ideología de muchos dirigentes católicos se parecen a la de Cristo en lo que Sancho a Don Quijote. Durante muchos años y aún en la actualidad la Iglesia sigue estando aliada al poder y al sistema económico capitalista¿Cómo a podido la Iglesia llegar hasta tal punto? Estoy harto de ver a obispos acariciando el lomo a políticos del PP, estoy harto de gente que se declara cristiana y apoya al capitalismo. Un sistema que mantiene en la pobreza a 2 de cada 3 personas del mundo no puede ser bueno y mucho menos aplaudido por los seguidores de Jesús.

A la Iglesia se le han ido 99 ovejas y en vez de lanzarse a rescatar a las descarriadas, se queda para arropar a la única que se quedó. ¿La razón? La única que aún sigue con ella es el poder, ese que la Iglesia no quiere perder y que tanto criticaba Jesús. Es por ello por lo que buena parte de la ideología de Sanchez Gordillo deberían de tenerla en cuenta los dirigente católicos. ¿Por qué? Porque, por lo menos en la apariencia, Sánchez Gordillo se preocupa por la gente que pasa hambre, mientras que la gente a la que la Iglesia nos dijo que votásemos se dedica a provocarla. El Hijo de Dios criticaba duramente las injusticias provocadas por los poderosos y adinerados; ¿cuándo veremos a la Iglesia haciendo lo mismo?